Es una zona realmente extensa, más de 100.000m2 solo en la
zona del Moll de Sant Bertrán, para un programa que solo requería de unos
11.000m2.
En el encontramos unas extensas naves de
hormigón, un aparcamiento que contaba con una estructura de hormigón vista, una
terminal donde comprar los billetes para los barcos que atracaban en la zona, y
una pasarela para embarcar en ellos. En un principio discutimos si era adecuado
mantener las preexistencias del lugar, pero luego decidimos que era coherente
con nuestro proyecto intentar mantener y reutilizar lo que encontramos en lugar
en lugar de demoler lo antiguo y empezar de cero.
Con la
segunda maqueta introducimos otro concepto importante en el proyecto. Un doble
suelo que tiene una altura variable, desde los 90 centímetros a los 2,5 metros,
y que se va adaptando en cada sitio concreto de la propuesta. En algunos sitios
sirve para dividir espacios servidos encima y espacios servidores debajo. De
igual manera, en algunas zonas del proyecto sirve para dividir en distintos
niveles el espacio público y privado. Esto también nos permitirá la continuidad de
algunos ejes públicos a través de la propuesta.
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